todavía esta historia podría tener un final feliz,
pero la respuesta es que supe comprender que la vida
no consiste en pasar cada día las hojas de un calendario,
es mucho mas que eso.
Consiste en aprovechar y saber vivir casa momento
de cada día de esas paginas.Saber conservar todos tus deseos,
y tener la paciencia suficiente para saber esperar
y poder cumplirlos.
Todo empezó una tarde triste de domingo
en un mes tan frió como noviembre.
Yo era una niña de 15 años quetodavía tenia la inocencia
suficiente para creer en los príncipes de los cuentos
de hadas.
Vivía en Baracaldo, una pequeña localidad deBizcaia (España)
Todo era feliz, tenia una vida sin preocupaciones,
y un grupo de amigas perfecto, donde se
encontraba la que fue mi mejor amiga
desde los tres años, Carla.
Ella era simpática, guapa, amiga de susamigas y
siempre estaba cuando mas la necesitaba.
Aquella tarde de noviembre apareció el
- hola!!que tal!? - le dije.
- hola!! perdona, sos brasileña?- fue su única respuesta.
Era un chico que acababa de conocer pero sin saber comosin ni siquiera conocerle, supe que acabaría pasándomealgo con el.
El era el chico con el que yo tantas veces había soñadoera esa clase de chico que yo pensaba que podía llegar a hacerme feliz, podía entregarme todo lo que quisiera, aunque lo único que de verdad me interesaba a mi era una simple cosa.
Si...!simple!pero muy complicada de lograr.lo único que quería era poder conseguir una llave aquella llave capaz de abrir las puertas de su corazón.
Era el típico chico que una joven como yo deseaba.para mi lo tenia todo, para mi era único!no había ni habría nadie mas que se asemejara a el.
Se portaba bien conmigo, me apoyaba en todo,era agradable, romántico, que mas podía pedir!?Era capaz de sacarme una sonrisa cada vez que me sentía mal.
Pero a pesar de tener una vida tranquila,alegre...todo empezó a cambiar, las cosas empeoraron se volvieron grises y cada día las veía mas oscuras.
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